Visca la Patrona!

És un sentiment latent

en el cor del meu poble

desde els inicis dels temps.

És l'alçament envers

la tirania

fruit de la voluntat

d'un poble sencer

per la llibertat.

Allà a l'horitzó

lluitant per la justícia

cop a cop

feim Pollença nostra!

Correm tots junts,

agafats de la mà

guiats pel  nostre protector

Joan Màs!

 L'avarícia dels corsaris,

no podrà amb nosaltres.

Som mallorquins

forjats amb el vent del nord,

i aquesta terra és nostra:

Pollença és nostra!

Perquè el destí

és dels qui lluiten,

i d'ençà el  30 de maig de 1550

 quedà demostrat

de quina casta som els pollensins.

 Llueix alt la bandera pollensina,

empesa per la força

 de Mare dels Déus dels Àngels:

 Correm tots junts,

agafats de la mà

guiats pel  nostre protector

Joan Màs!

 Ara, la nit acaba

i amb ella la mitja lluna

s'esfuma per sempre.

 L'alegria és pels carrers

i amb el cor ple d'orgull

podem dir:

La Patrona ja es aquí!

 

A vegades,la solitud m'abraça.

Un abraç ple de silenci

que reconforta

l'ànima captiva

de ma vida;

dolça i trista

 conjuntura de l'univers,

dansa de l'atzar,

abraçada

en la tranquil·litat

i l'agonia

del silenci.

Como un gran libro

Como un gran libro

descubre sitios ocultos en el alma,

hay calles que ocultan cafeterías con encanto,

 ojos que desvelan noches enteras,

y noches enteras que velan por tu mirada.

Como el sorbo de un licor amargo,

que acaba  dulce en mi boca,

hay momentos tristes, de llanto,

heridas curadas, con cicatrices eternas,

 y palabras tiernas, pero calladas.

/Hay días con mucho tiempo,

y tiempo en el que no existen los días.

Hay también tiempo para poemas,

y poemas en los que el tiempo no existe.

Y en  tu alma se  para el tiempo,

por eso el tiempo no existe en este poema./

Como mi vida es como un gran libro,

Descubrí tu sonrisa con encanto.

Como unos ojos no son nada sin una mirada,

aquí, con mis ojos te miro, y te susurro:

tu sin mi no eres nada, yo solo soy contigo.

Lejos, muy lejos

Ya me voy,

y no están dispuestas

a pararse las agujas

de ese reloj:

un poquito más, porfavor.

Ya me voy,

y no hay  tiempo

para poemas

ni para palabras

tristes:

un poquito más, digo yo.

Ya me voy,

lejos, muy lejos

 y no está dispuesto

a pararse el tiempo.

Así como pasa el tiempo,

doy un paso adelante,

adelanto al tiempo,

porque no hay tiempo

de echarme atrás,

ni tiempo que me pueda parar.

Un momento:

paremos el tiempo.

Hay cosas que ni el tiempo

puede parar:

estos versos

tiernos como besos

en tu sonrisa;

eternos versos

como eternos son

mis sueños

de tus besos,

esos besos tan tiernos

como estos versos:

dueños de mi tiempo.

Pequeña flor

Dime, tierna flor,
si florecerás,
o perecerás.
Si el viento te llevará,
y me llevarás contigo.

Dime, tierna flor
si nacerás,
o moriré contigo.

Dime, pequeña flor
si yo volaré contigo
hasta el infinito.

Bailando con la noche.

Empieza la noche, fresca.

Su cuerpo se desliza por las calles,

bailando con la noche.

Y mi mirada la sigue, sin perder detalle.

La noche sigue su curso, tranquila.

 Mi mirada perdida en su baile.

 Y suena exquisita la  música

que es la noche.

Su encanto a la luz de la farola

confunde, y distante mi mirada

la busca.

Y ella sigue bailando.

Que linda la música

que es la noche.

Me envuelven sus notas

cómo gotas de lluvia.

 Mi mirada la busca

por la calle,

y ella sigue bailando.

Su cuerpo esbelto

se funde con el asfalto

y yo la confundo con la luz de la luna.

Pero ella sigue bailando,

como las luces de la ciudad

bailan con mis ojos.

Qué dulce momento.

Su figura reflejada en el cielo.

Su voz.

Y suena exquisita la música,

que es la noche.

 Ya llueve.

A ella no le importa

y se mueve

cual grácil gaviota

vuela sobre el horizonte.

¿Como encontrarla?,

si es libre, y yo esclavo

de mis palabras.

Ahí está, bailando.

Y si pudiese

la alcanzaría.

Pero ella vuela

cuál grácil gaviota

se eleva  entre el mar y la tierra.

Aún llueve.

Y cada gota

és un oceano

que inunda mi mirada.

Ya no la veo.

Cada nota calla

la melodía que acariciaba la noche,

 y la verdad con el día

surge de la nada:

nunca podré alcanzarla.

Recordar...

¿Qué es el  amor?

  pregunto  yo.

¿Qué es el amor?

vuelvo a preguntar.

¿Y la amistad?

Quizás ya no me acuerdo.

¿Qué es la justicia?

¿mayoría absoluta?

¿Pan para pocos/hambre para muchos?

Quizás ya nadie se acuerde.

¿Y la vida?

¿Qué es la vida?

¿Y la muerte?

  Quizás nadie nunca lo sepa.

¿Sabe alguien quién somos?

¿Somos almas libres?

¿Somos números en una pantalla?

¿Clientes?

¿Somos el tiempo que pasa

o el tiempo que nunca debió pasar?

¿Somos personas?

Ya nadie se debe acordar.

A todo esto, me pregunto

¿Con quién hablo yo?

¿Hablo con la pared?

¿Hablo con todos y con nadie?

¿Hablo solo?

¿Hablo con Dios?

Me pregunto yo:

¿Acaso hay diferencia?

¿Por qué pregunto?

¿Y por qué no acaba este poema?

¿Debe acabar, o ser infinito?

¿Existe el infinito?

¿Pueden alguien saberlo?

¿Acaso importa que alguien lo sepa?

Díganme:

¿Qué son los recuerdos?

¿Y si acaso es esa la pregunta más importante?

¿Importa que me acuerde

del amor, la amistad,

 la justicia,

 y de quien somos?